Un grupo de hombres en silla de ruedas se viralizó en redes sociales al tomar la iniciativa ante la falta de respuestas oficiales para mejorar la accesibilidad urbana.
Un video que muestra a personas con discapacidad construyendo sus propias rampas de acceso se viralizó en las redes sociales. Esta situación generó conmoción y reflexión sobre la falta de infraestructura inclusiva en las ciudades. La iniciativa surgió tras años de espera sin obtener respuestas de las autoridades locales. Estos problemas de movilidad urbana afectan diariamente a este sector de la población.
Maxi Arredondo, uno de los protagonistas de la construcción, explicó que el proyecto había sido postergado durante mucho tiempo por dudas sobre sus propias capacidades técnicas. «Este proyecto comenzó hace mucho, pero no nos animábamos. Por la falta de respuestas presentamos una nota en el CPC y decidimos hacerla nosotros mismos», relató sobre la decisión que los llevó a tomar las herramientas y materiales. Así se animaron a resolver el problema por cuenta propia.
El grupo logró completar exitosamente la obra, superando las expectativas iniciales y demostrando que la determinación puede vencer las barreras físicas y burocráticas. «La construimos y nos fue muy bien. Quedó tal como debía quedar», celebró Arredondo con evidente satisfacción. Los protagonistas del video aseguran que se trata de «la primera rampa en el mundo hecha por personas con discapacidad», marcando un precedente histórico.
La viralización del video puso en evidencia las deficiencias sistemáticas del Estado en materia de accesibilidad urbana. También destacó la determinación de las personas con discapacidad para resolver por sus propios medios las barreras arquitectónicas que enfrentan cotidianamente. La iniciativa despertó admiración masiva en las redes sociales y generó importantes debates sobre los derechos de inclusión y movilidad.
El caso refleja una problemática más amplia sobre la inclusión urbana y el incumplimiento de las normativas de accesibilidad vigentes. Mientras las personas con discapacidad continúan enfrentando obstáculos burocráticos para ejercer su derecho fundamental a la movilidad, iniciativas como esta demuestran que la autogestión ciudadana puede convertirse en una poderosa herramienta de transformación social. Esto ocurre cuando las instituciones fallan en responder a las necesidades básicas de los ciudadanos.