El sitio web donde participaba activamente Pablo Laurta difundió contenido que lo presentaba como víctima y atacaba a Luna Giardina con acusaciones infundadas. El femicida utilizó esta plataforma para construir una narrativa que culpabilizaba a su expareja antes de asesinarla junto a su madre.
El doble femicidio de Luna Giardina (26) y su madre, Mariel Zamudio (54), a manos de Pablo Laurta reveló no solo un historial de denuncias por violencia de género, sino también una calculada campaña de hostigamiento digital. Laurta, detenido en Gualeguaychú cuando intentaba huir a Uruguay con su hijo de cinco años, era un participante activo del sitio «Varones Unidos«, una plataforma cargada de contenido misógino desde donde construyó una narrativa para desacreditar a su víctima.
La página, que se presenta como un espacio de «defensa para hombres», dedicó extensas publicaciones al caso de la expareja, con títulos que invertían la realidad de la violencia. Bajo el rótulo «El historial de coerción, manipulación, hostigamiento y amenazas que marcaron el comportamiento de Luna Giardina previo al secuestro de Pedro Laurta», el sitio difundió una versión distorsionada de los hechos que ignoraba por completo las denuncias formales que Luna había presentado contra su agresor.

Lejos de reconocer la violencia denunciada, «Varones Unidos» presentaba a Luna Giardina como una persona con «psicopatología«, acusándola de realizar «falsas denuncias» y de cometer un «secuestro parental«. El texto la describía con «conductas impulsivas, hipersexualidad, una necesidad compulsiva de engañar y mentir», en una clara estrategia de revictimización y desacreditación.
Una estrategia de victimización y hostigamiento digital
Según las publicaciones en «Varones Unidos», Pablo Laurta era presentado como la verdadera víctima de una «intensa campaña de acoso y hostigamiento» por parte de Giardina, no solo contra él, sino también contra su nueva pareja y su familia en Uruguay. El sitio exhibía supuestas capturas de pantalla de mensajes y comentarios en redes sociales para sostener su relato, acusando a Luna de «acosarlo sexualmente», de intentar «sabotear sus vínculos sociales» y de tener «celos enfermizos».
Laurta, nacido en Montevideo en el barrio Buceo, mantenía una fuerte presencia en redes sociales como uno de los impulsores del colectivo «Varones Unidos«. Este grupo se presenta como un espacio que busca «dar voz a los hombres» y cuestiona las políticas de género vigentes. En sus publicaciones, el femicida se mostraba abiertamente crítico del feminismo y compartía mensajes en defensa de lo que llamaba «libertad e igualdad entre sexos«.

Entre los contenidos difundidos figuraba la denuncia por violencia de género que Luna había presentado contra él. El sitio publicó escritos sobre «el caso Pedro Laurta», lanzando acusaciones contra el sistema judicial de Córdoba y mencionando presuntas maniobras que atribuían a la madre y la abuela materna del niño, supuestamente avaladas por la Justicia provincial.
El femicida mantenía conflictos legales y personales con su expareja por la custodia y crianza de su hijo. Tras cometer el doble crimen, intentó escapar con el menor hacia Uruguay, pero fue interceptado por las autoridades en Gualeguaychú, Entre Ríos. El caso vuelve a exponer cómo las redes de masculinidades hostiles funcionan como espacios de validación y escalada de la violencia machista.





