La obra dirigida por Romina Osle regresa a La Cochera todos los sábados de noviembre con una propuesta que oscila entre el humor y la incomodidad. Con entradas a precio voluntario, el elenco apuesta a resistir y ocupar espacios de teatro independiente en tiempos difíciles.
«Debe ser el humo» vuelve a los escenarios cordobeses con una propuesta que desafía al espectador desde el primer momento. La obra, enmarcada en el teatro del absurdo, presenta a tres personajes que aparentemente festejan un cumpleaños en una casa, pero el clima enrarecido revela rápidamente que nada es lo que parece. Dirigida por Romina Osle y con las actuaciones de Luca, Brenda Vicente y Guadalupe Lanuncia, la puesta invita a múltiples lecturas sobre vínculos, opresión y necesidades que nunca logran saciarse.
«Son tres personas que sostienen una cotidianeidad circular, algo que se repite y se tensiona constantemente», explica Osle a La 10 FM. Los personajes parecen atrapados, imposibilitados de salir, y sus vínculos quedan abiertos a la interpretación del público: ¿son hermanos? ¿padre, madre e hijo? ¿amigos atrapados en una dinámica tóxica? La obra no cierra sentidos, sino que los multiplica, permitiendo que cada espectador complete la historia desde su propia experiencia.
El hambre como constante aparece como el denominador común más palpable, funcionando tanto en sentido literal como metafórico. «Hay una necesidad que no puede ser satisfecha, y en esa insatisfacción inventan mundos que los hagan olvidar», describe la directora. Los personajes buscan desesperadamente entretenerse, hacer algo que los saque de su situación, pero siempre algo emerge para tensar nuevamente el clima. En ese intento por escapar de la opresión, terminan oprimiendo a los otros.

Un espectáculo de múltiples capas y lecturas
Luca, uno de los intérpretes, destaca la particularidad de la recepción: «Hay espectadores que se encuentran con lo humorístico y pueden reírse, mientras otros se impresionan y sienten incomodidad». Esa diversidad de experiencias es justamente uno de los mayores logros de la obra. Un compañero del gimnasio le confesó que, tras ver el espectáculo, reconoció las mismas dinámicas en su propia familia: «Peleaban por las milanesas, pero había roña acumulada, broncas no dichas», relató Luca.
La puesta rescata las características del teatro del absurdo, con objetos que no existen en escena, diálogos que parecen hablar de nada y una escenografía que se asume como tal. «Es muy teatral, hay una constante denuncia de los procedimientos teatrales», señala Osle. Sin embargo, esa construcción artificiosa logra que el público se identifique profundamente con situaciones reconocibles de la vida cotidiana.

La obra se presentará todos los sábados de noviembre a las 21:30 en La Cochera. Las entradas se pueden conseguir a través de Alternativa Teatral o contactándose por Instagram (@debeserelhumo) y WhatsApp. El equipo estableció precios voluntarios para que nadie se quede sin ir al teatro por cuestiones económicas. «El arte es algo que tenemos la convicción que se comparte», afirma Osle, quien además hace un llamado contundente: «Tenemos que ocupar espacios de teatro independiente, darles vida y habitarlos. Hay que resistir, y parece que por un largo tiempo más».
El equipo completo incluye a Romina Osle en dirección y operación de luces, Cata Cufre en asistencia de dirección, y Violeta Parodi en asistencia artística y producción. «Debe ser el humo» es una invitación a ejercitar el pensamiento crítico, a reconocer las dinámicas tóxicas en las que a veces quedamos atrapados, y a sostener vivos los espacios donde el arte resiste.
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