El especialista Christian Diani visitó Radio 10 Córdoba y compartió en «En Tiempo Real» un método científico para rediseñar tu futuro. Desde encontrar tu propósito hasta anclar emociones positivas: la guía completa para transformar tu destino a través del lenguaje y la mente.
¿Es posible programar tu propia vida como quien diseña una ruta en el GPS? Según Christian Diani, especialista en desarrollo personal que visitó los estudios de Radio 10 Córdoba, no solo es posible sino que existe un método científico para lograrlo. En una extensa charla con los conductores del programa «En Tiempo Real», Diani desglosó los cinco pasos fundamentales de lo que denomina «neuroprogramación«, una técnica basada en neurociencia, patrones del lenguaje y PNL (Programación Neurolingüística) que promete ayudar a las personas a alcanzar sus metas más profundas.
«Primero hay que entender que no estamos vendiendo humo. La neuroprogramación tiene bases científicas sólidas que incluyen neurociencia, psiconeuroinmunoendocrinología y estudios sobre cómo las vibraciones del lenguaje modifican las moléculas y átomos», explicó Diani ante la atención de los conductores, quienes no dudaron en hacer preguntas personales sobre sus propias búsquedas vocacionales. El especialista fue claro: antes de programar cualquier cosa, hay que distinguir entre propósito, vocación y metas. «El propósito es la dirección, como la señal de avanzar en una ruta. Las metas son los pueblitos intermedios que tenés que pasar para llegar al destino final», graficó.
El método de Diani consta de cinco pasos secuenciales. El primero es identificar «desde dónde estamos parados»: si hablamos desde el miedo, la carencia, la confianza o la abundancia. El segundo paso es encontrar el propósito de vida, que según el especialista no es algo que se descubre de la noche a la mañana: «Hay gente que está toda la vida buscándolo. No es tan fácil, pero cuanto antes lo encontremos, mejor vamos a pasarlo en la vida». Para quienes no lo tienen claro, Diani sugiere preguntarse qué es lo que nos apasiona, aquello que nos hace perder la noción del tiempo cuando lo hacemos.
El tercer paso, «trazar las rutas mentales», implica modificar el lenguaje interno. «Voy a crear frases en positivo, empoderadas, que me lleven a la frecuencia que necesito. Por ejemplo: ‘Yo soy una persona capaz de acompañar a otros’ o ‘Yo estoy siendo una persona libre que decide estar en este espacio'», detalló. El cuarto paso es la visualización multisensorial: «Tenemos que visualizar con todos los sentidos y anclar desde emociones que expanden, como la alegría, la benevolencia o la gratitud. Cuando hacemos eso, empieza a vibrar diferente todo lo que nos rodea».
El quinto y último paso es crear un «anclaje físico», un gesto personal que permita volver a ese estado emocional cuando sea necesario. Diani compartió su propia experiencia: «Una noche de verano, cuando era estudiante universitario, me sentía expansivo, muy bien. Hice el gesto de agarrarme el pulgar con los otros dedos y me quedé en ese lugar. Ahora, cada vez que hago esto, trato de llevarme a ese espacio». Los conductores quedaron fascinados con la técnica y solicitaron profundizar en cada punto en futuras columnas. La neuroprogramación, según Diani, no es magia sino ciencia aplicada: el cerebro no distingue entre una experiencia real y una vívidamente imaginada, por lo que entrenar la mente para pensar y hablar de determinada manera puede literalmente cambiar nuestra realidad.