En su bloque dedicado a los discos noventosos, Radio 10 Córdoba repasó la historia del icónico álbum doble de 1991 que marcó una época. Excesos, talento y una pancreatitis que casi mata al bajista Duff McKagan: la cara oculta de uno de los discos más vendidos de la década.
El año 1991 fue testigo de uno de los lanzamientos discográficos más ambiciosos del rock: Guns N’ Roses editó simultáneamente dos discos dobles que se convirtieron en instantáneos clásicos. En el programa de Radio 10 Córdoba, Federico Silvester dedicó su columna semanal de vinilos a repasar la historia de «Use Your Illusion II», el álbum de tapa azul que contenía algunos de los temas más oscuros y melódicos de la banda, incluido «You Could Be Mine», que formó parte de la banda sonora de Terminator 2. Con la formación emblemática de Axel Rose, Slash y Duff McKagan, los Guns estaban en la cúspide de su fama, pero también navegando por aguas turbulentas de excesos y conflictos internos.
La primera visita de Guns N’ Roses a Argentina dejó una huella que trascendió lo musical y se convirtió en un fenómeno sociológico. Durante su show en River Plate, se instaló una insólita rivalidad entre los fanáticos de la banda estadounidense y los seguidores de Los Redonditos de Ricota. «Era como más chetitos la música de los Guns, muy pro-yankis con música americana», recordó Silvester sobre aquella época. Los enfrentamientos llegaron hasta el hotel donde se alojaba la banda, con ricoteros y fans de los Guns protagonizando choques callejeros. La respuesta de Axel Rose fue contundente y simbólica: salió al escenario de River con una camiseta de la selección argentina, desarmando toda la polémica con un gesto simple pero efectivo.

Sin embargo, detrás del éxito masivo se escondía una realidad devastadora de adicciones y autodestrucción. Duff McKagan, el bajista que Silvester identificó como su favorito de la banda, consumía cuatro litros y medio de vodka por día en 1995. «Ser un Guns N’ Roses en el año 95 debe haber sido como ser Messi en la actualidad», graficó el columnista para dimensionar la presión que enfrentaban. McKagan sufría de una fobia al público no tratada que intentaba ahogar en alcohol para poder salir a tocar, dar entrevistas o simplemente vivir. El desenlace fue brutal: tras cruzarse con Kurt Cobain en un vuelo días antes de la muerte del líder de Nirvana, el páncreas de McKagan literalmente explotó al llegar a Seattle.
La pancreatitis aguda que sufrió el músico marcó un punto de inflexión no solo en su vida sino en la narrativa de la banda. Internado durante largo tiempo, McKagan tuvo que cambiar radicalmente su estilo de vida. «Comenzó a tomar agua por primera vez en su vida», relató Silvester, quien destacó que el bajista incorporó una dieta estricta y un viaje espiritual a la India que lo ayudó a recuperarse. Treinta años después, McKagan sigue activo musicalmente, convertido en un símbolo de supervivencia en medio del caos que caracterizó a los Guns N’ Roses en su época dorada.

El deterioro de las relaciones dentro de la banda llegó a tal extremo que en el último disco de aquella era, Axel Rose ni siquiera grabó con sus compañeros. «Grabó aparte, grabó solo. Ni se hablaban con la banda», reveló Silvester. Las sesiones eran un desastre, con músicos llegando a cualquier hora en estado de ebriedad o bajo el efecto de drogas. En ese contexto de genialidad y autodestrucción, «Use Your Illusion II» quedó como testimonio de una banda que alcanzó la cima del rock mientras se desmoronaba por dentro, dejando para la posteridad temas inmortales y una historia de redención protagonizada por el músico que eligió la vida cuando todo parecía perdido.