Las petroleras implementan un sistema de actualización en tiempo real que permite modificar precios según la demanda. En Córdoba, cada vez son menos los lugares donde la nafta súper se consigue por debajo de los $1.500 el litro.
El contexto de crisis económica que atraviesa el país no ha frenado la escalada constante en los precios de los combustibles líquidos, que sorprende a los automovilistas por su frecuencia y variabilidad. Las petroleras han implementado un esquema denominado «micropricing» que les permite actualizar los valores de sus productos de manera permanente, generando cambios que pueden observarse incluso entre estaciones de servicio de la misma marca ubicadas a pocas cuadras de distancia.
YPF fue la pionera en introducir este sistema en Argentina, como parte de una estrategia para optimizar la comercialización de hidrocarburos. El mecanismo pone «a la oferta por encima de la demanda» mediante un «control de datos en tiempo real» que permite ajustar los precios según las variaciones del mercado. Según explicó Horacio Marín, presidente de la empresa estatal, este esquema permite identificar «en qué estación estamos perdiendo plata» y proyecta ahorros de «800 millones de dólares en eficiencia en el downstream» durante los próximos cinco años.

El sistema incluye también intentos de generar «incentivos» para los consumidores, como descuentos nocturnos y promociones específicas. Sin embargo, la tendencia general se inclina hacia aumentos constantes que, dependiendo de las regiones del país, oscilan entre el 0,5% y el 1,5% con diferencias de apenas días entre una actualización y otra.
En Córdoba, la situación se ha vuelto particularmente crítica, ya que cada vez son menos los lugares donde el litro de nafta súper se puede conseguir por debajo de los $1.500. Esta cifra cobra especial relevancia porque la Policía Caminera utiliza precisamente el precio del combustible líquido más barato como referencia para calcular su Unidad Fija (UF) en el cobro de multas.

A principios de septiembre, las variaciones constantes en los precios provocaron que la UF aumentara un 8%, quedando establecida en $1.411. No obstante, los valores actuales del mercado ya demandan una nueva actualización de al menos 5% adicional, lo que refleja la velocidad con que se suceden estos incrementos en un sector clave para la economía doméstica de los argentinos.




