El reconocido director teatral criticó duramente la nueva película del actor y cuestionó los mensajes políticos del presidente Milei sobre el cine nacional
Pepe Cibrián sobre la polémica de Francella: «Me parece un acto partidario mal, inhumano»
El reconocido director teatral criticó duramente la nueva película del actor y cuestionó los mensajes políticos del presidente Milei sobre el cine nacional
El prestigioso director teatral Pepe Cibrián no se guardó nada al referirse a la controversia generada por la nueva película de Guillermo Francella durante una entrevista con Radio 10 (Córdoba 98.7 FM). Con sus característicos 77 años de experiencia en el mundo del espectáculo, Sibrián ofreció una perspectiva contundente sobre el debate que divide al mundo cultural argentino.
«Si son así los mensajes que quieren dar, me parece espantoso, me parece un acto partidario mal, me parece inhumano», declaró el director al referirse al contenido de la película, aunque aclaró que aún no la había visto pero planea hacerlo.
Sibrián fue especialmente crítico con las declaraciones del presidente Javier Milei sobre la película: «Se me parecen tan mal tantas cosas que dice nuestro presidente. No es necesario que vaya a ver todas las películas, todas las obras de teatro, cosas que no hacen en general los presidentes».
El director, conocido por obras como «Marica» que contribuyó al debate sobre la ley de matrimonio igualitario, también cuestionó la medición del éxito artístico por la cantidad de espectadores: «Con esa teoría, Van Gogh no tendríamos que conocerlo porque no vendió ni una obra en su vida. Calificar una obra de arte por su cantidad de entradas me parece una aberración».
En un momento particularmente emotivo, Cibrián hizo referencia a su historia familiar: «Mis padres eran republicanos, tuvieron que exiliarse en la guerra y no volver más a su tierra. No creo que el presidente le dijera a mi madre ‘señora María Campos, esto es un absurdo de mierda'».
El veterano director también criticó la polarización actual: «Creo que estamos en un momento de la sociedad muy dura, es una casa de brujas permanente. Es una forma de ver cómo destruimos todo lo que es diferente».