Mientras Rusia viola el espacio aéreo de ocho países europeos, Francia instruye a sus hospitales prepararse para recibir hasta 50.000 heridos de guerra y el Banco Central Europeo recomienda a los ciudadanos guardar efectivo en casa. El norte de Europa se alista para un conflicto que consideran inminente, mientras España e Italia permanecen en «negación geográfica».
Europa vive su momento más peligroso desde la Segunda Guerra Mundial. En las últimas tres semanas, Rusia ha violado el espacio aéreo de Polonia, Rumania, Estonia, Noruega, Letonia, Lituania, Dinamarca y Finlandia con cazas militares y drones. El 20 de septiembre, tres cazas MiG-31 rusos permanecieron en territorio estonio durante doce minutos, retirándose solo cuando aparecieron los F-35 de la OTAN. El presidente francés Emmanuel Macron fue directo: «Rusia está probando los límites».
Pero las violaciones aéreas son solo la superficie. El 18 de julio, el Ministerio de Salud francés envió un documento confidencial —posteriormente filtrado— ordenando a todos los hospitales del país estar preparados para marzo de 2026 para recibir entre 10.000 y 50.000 heridos en un periodo de 10 a 180 días. El documento especifica la capacidad de manejar picos de 250 pacientes heridos por día durante tres días consecutivos y habla explícitamente de prepararse para «una guerra de alta intensidad en Europa».

Francia se está convirtiendo en lo que el documento denomina «una retaguardia estratégica»: un hospital de campaña para toda Europa, con centros médicos cerca de puertos, aeropuertos y estaciones de tren para mover heridos rápidamente. Además, el gobierno francés prepara un manual de supervivencia para distribuir a todos los ciudadanos en otoño, siguiendo los pasos de Suecia y Finlandia.
El 25 de septiembre, el Banco Central Europeo publicó un documento oficial titulado «Keep Calm and Carry Cash» (Mantenga la calma y lleve efectivo), recomendando a los 450 millones de ciudadanos europeos guardar entre 70 y 100 euros en efectivo en casa para cubrir 72 horas de necesidades básicas. El BCE menciona explícitamente «situaciones de conflicto armado» como uno de los escenarios para los que hay que estar preparados.

Sin embargo, existe una división dramática en el continente. Mientras Polonia invierte el 4% de su PIB en defensa y compra más tanques que Alemania, Francia y Reino Unido juntos, España apenas gasta el 1.24% —el último lugar en la OTAN— y prometió llegar al mínimo del 2% recién para 2029. Italia está levemente mejor, pero ambos países del sur europeo parecen vivir en «negación geográfica», asumiendo que la guerra «no les va a tocar».
Expertos advierten que esta división es exactamente lo que Putin busca: una alianza débil y fragmentada. Los próximos 12 a 18 meses, según analistas europeos, definirán cómo se ve el mundo durante las próximas décadas.




