Un informe de la UBA reveló la brutal asimetría en la destrucción de empleo formal durante agosto. El dato encendió las alarmas sobre el impacto de la recesión económica en el sector productivo.
Un estudio del Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) de la UBA encendió las alarmas al revelar una marcada disparidad en la pérdida de empleos formales entre los sectores público y privado. Según el informe «Panorama del empleo asalariado formal y de las remuneraciones», por cada puesto de trabajo eliminado en el Estado, el sector privado registrado destruyó seis empleos durante agosto de 2025.
Los investigadores del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) detallaron que en agosto se perdieron 13,1 mil puestos de trabajo asalariados formales en total. De esta cifra, el sector privado concentró la mayor parte de la destrucción de empleo con 10,6 mil puestos menos, mientras que el sector público registró una caída de 1,7 mil puestos. Esta diferencia de más de seis veces evidencia la mayor vulnerabilidad del sector productivo ante el contexto recesivo.
El informe subraya que la asimetría responde a que las empresas privadas deben ajustar su personal más rápidamente que el Estado frente a la contracción económica. La recesión obliga al sector productivo a tomar decisiones drásticas para mantener su viabilidad financiera, lo que se traduce en despidos y suspensiones que impactan directamente en el empleo formal registrado.
Los datos de agosto de 2025 muestran que el número total de asalariados registrados en la seguridad social (SIPA) llegó a 10.078 mil personas. Esta cifra representa una pérdida de 33 mil puestos de trabajo (un 0,3% menos) en comparación con el mismo mes de 2024, evidenciando una tendencia sostenida de deterioro del mercado laboral formal.
La situación se torna aún más preocupante al analizar la evolución desde noviembre de 2023, fecha que marca el pico del empleo formal y el inicio de la actual tendencia a la baja. Desde entonces, se perdieron 224 mil puestos de trabajo registrados, lo que representa una caída del 2,2%. Esta merma continua refleja el profundo impacto de la crisis económica sobre el empleo formal argentino y anticipa mayores desafíos para la recuperación del mercado laboral.
