Una agente del FBI vuelve a la vida después de seis años desaparecida, sin memoria y en medio de una nueva ola de crímenes que la señalan. El thriller que revive en Netflix y que nadie puede dejar de maratonear.
Si estás buscando una ficción que te envuelva desde el minuto uno, prepare café: lo vas a necesitar. Hay una serie en Netflix que volvió a explotar en visualizaciones pese a haberse estrenado hace algunos años, y lo hizo por una razón muy simple: combina crimen, drama, tensión psicológica y una protagonista que te sacude en cada escena. Hablamos de Ausente, la producción de Sony Pictures Television Networks para AXN que llegó a la plataforma con sus tres temporadas completas y volvió a enganchar a todos.
La historia gira en torno a Emily Byrne, interpretada por Stana Katić, una agente del FBI que desaparece sin dejar rastros mientras sigue la pista de un asesino serial en Boston. Lo que parecía un caso cerrado revive seis años después, cuando Emily es encontrada en una cabaña perdida, al borde de la muerte y sin memoria. Desde ahí, su regreso se convierte en un verdadero campo minado: su familia siguió adelante, su esposo rehízo su vida y, para colmo, una nueva ola de crímenes apunta directo hacia ella.
Con una narrativa que no afloja y cada capítulo diseñado para generar más preguntas que respuestas, Ausente juega con la identidad, la culpa, el trauma y la necesidad de redención. Filmada en Bulgaria bajo la dirección de Oded Ruskin, construye una atmósfera oscura que acompaña la caída y reconstrucción de su protagonista, atrapando al espectador en un rompecabezas emocional y policial.
El elenco se completa con Patrick Heusinger, Cara Theobold, Neil Jackson, Angel Bonanni, Bruno Bichir y un sólido grupo de secundarios que sostienen la tensión a lo largo de las tres temporadas. Ideal para quienes aman los thrillers que no se resuelven rápido, los giros inesperados y las historias donde nadie parece estar diciendo toda la verdad.
Si te gustan las series intensas que se disfrutan mejor de un tirón, esta es de esas que no podés dejar pasar.




