Autoridades sanitarias de Europa advirtieron sobre una ola de contagios de la variante H3N2 subclado K que está saturando hospitales en varios países. La nueva cepa mostró resistencia a las vacunas actuales, lo que obligó a implementar medidas preventivas estrictas, incluido el uso obligatorio de barbijos en centros de salud y el cierre de aulas ante casos detectados.
Las autoridades sanitarias europeas declararon alerta por el avance de una nueva variante de gripe identificada como H3N2 subclado K, que está generando un incremento significativo de contagios y saturación hospitalaria en múltiples países del continente. La situación llevó a la implementación de medidas preventivas que recuerdan a las aplicadas durante la pandemia de Covid-19.
«La H3N2 es una gripe con un subtipo K, que mutó y que está haciendo que las vacunas no sean efectivas. Entonces, se tiene que hacer una combinación de vacunas para frenarlo», explicó el periodista Gabriel Michi en C5N. La mutación del virus representa un desafío para los sistemas de salud, que deben adaptar sus estrategias de inmunización ante la baja efectividad de las vacunas tradicionales contra la gripe estacional.

El crecimiento exponencial de casos, especialmente en Reino Unido y otros países europeos, llevó a los gobiernos a decretar medidas similares a las del período más crítico de la pandemia. Entre las disposiciones se incluyen el uso obligatorio de barbijos en hospitales y dependencias públicas, además de la posibilidad de cerrar aulas si se detecta un caso positivo en establecimientos educativos. Estas acciones buscan contener la propagación del virus y evitar el colapso de los sistemas sanitarios.
Hasta el momento, se confirmaron casos de la variante H3N2 subclado K en España, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos, Canadá y Japón. La rápida dispersión del virus a través de continentes encendió las alarmas a nivel global, llevando a que países como China y Perú también decretaran la emergencia sanitaria para determinadas circunstancias. Las autoridades internacionales de salud monitorean la evolución del brote mientras trabajan en nuevas combinaciones de vacunas para combatir la cepa resistente.






