El nuevo sistema de subsidios focalizados entra en vigencia en enero y traerá aumentos de dos dígitos en las boletas. En Córdoba, los usuarios de ingresos medios podrían pagar entre $12.000 y $19.000 más por mes. Además, se terminan los subsidios a las importaciones de gas en invierno.
El Gobierno nacional ultima detalles del nuevo esquema tarifario que regirá desde 2026 para los servicios de luz y gas. La principal novedad es el fin de la segmentación en tres categorías (N1, N2 y N3) que será reemplazada por el Sistema de Subsidios Energéticos Focalizados (SEF), que divide a los usuarios en solo dos grupos: los que reciben subsidios y los que no. Esta semana cerró la consulta pública sobre el nuevo sistema y los primeros cálculos indican que cerca del 45% de los hogares argentinos quedará completamente afuera de cualquier ayuda estatal.
Para quienes pierdan los subsidios, el impacto será inmediato y significativo. Deberán afrontar el costo real del servicio energético, lo que se traducirá en aumentos superiores al 10% en las facturas desde enero. En Córdoba, la distribuidora Epec ya adelantó que los usuarios N1 —los de mayores ingresos— pagarán el 100% del costo, mientras que los N2 irán perdiendo beneficios de manera gradual. El golpe más fuerte lo recibirán los N3, el segmento de ingresos medios, que podrían enfrentar incrementos mensuales de entre $12.000 y $19.000 en sus boletas.
La reestructuración tarifaria no se limita a la eliminación de subsidios. El equipo económico también resolvió discontinuar los subsidios a las importaciones de gas durante el invierno. Hasta ahora, el Estado absorbía parte del costo adicional que implicaba comprar gas del exterior en los meses de mayor demanda. A partir de 2025, ese sobrecosto se trasladará directamente a los usuarios, que verán aumentar sus facturas justamente en la época del año en que más consumen para calefaccionar sus hogares.
Esta decisión responde a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), que condiciona su asistencia financiera a un programa de ajuste fiscal. El organismo internacional le pidió al Gobierno argentino que reduzca drásticamente el gasto público y achique el déficit fiscal como requisito para seguir recibiendo desembolsos y poder cumplir con los compromisos de pago de la deuda externa.
Con el nuevo esquema, el Gobierno busca ordenar el sistema de subsidios y reducir la carga sobre las cuentas públicas. Sin embargo, el costo lo pagarán millones de hogares de clase media que, en pleno verano, empezarán a recibir las primeras señales de lo que será un 2025 con tarifas energéticas mucho más altas y sin la red de contención que hasta ahora ofrecía la segmentación.
