El Ministerio de Relaciones Exteriores del país caribeño confirmó su compromiso con Washington en materia de seguridad regional, mientras la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez denunció «actos de piratería» por la detención de un buque petrolero.
La tensión en el Caribe entre Estados Unidos y Venezuela escaló este lunes cuando Trinidad y Tobago autorizó formalmente el tránsito de aviones militares estadounidenses por sus aeropuertos. El Ministerio de Relaciones Exteriores del país insular expresó mediante un comunicado oficial su compromiso con la administración de Donald Trump en relación con la seguridad de la región.
Según informó la agencia Reuters, la Cancillería de Trinidad y Tobago aclaró que los movimientos de las aeronaves norteamericanas están relacionados con operaciones logísticas. La medida se enmarca en el hostigamiento que la administración Trump mantiene desde hace meses sobre presuntos buques de narcotráfico que operan en aguas del Caribe.
El contexto de esta autorización es particularmente delicado, ya que el presidente estadounidense ha deslizado en varias ocasiones su intención de intervenir militarmente en Venezuela para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. Esta postura ha generado alertas en toda la región sobre una posible escalada del conflicto.
La vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez respondió con dureza a las acciones de Trinidad y Tobago, acusando al país caribeño de haber incurrido en «un acto de piratería» al colaborar días atrás en la detención de un buque cargado de petróleo que se dirigía a Caracas. «Este acto de piratería constituye una grave violación del derecho internacional y una franca transgresión a los principios de libre navegación y de comercio», declaró Rodríguez a través de su canal de Telegram.
La situación refleja el creciente aislamiento del régimen venezolano en la región y la intensificación de la presión estadounidense sobre Maduro. Trinidad y Tobago, ubicado estratégicamente frente a las costas venezolanas, se posiciona así como un aliado clave de Washington en el Caribe, en medio de una crisis que amenaza con derivar en un conflicto de mayores proporciones.
