La legendaria actriz y cantante falleció este domingo en su casa del sur de Francia, confirmó la fundación que lleva su nombre. Símbolo sexual de las décadas de 1950 y 1960, Bardot marcó una época con películas como «Y Dios creó a la mujer».
Brigitte Bardot, una de las figuras más icónicas del cine europeo y activista por los derechos de los animales, falleció este domingo a los 91 años en su residencia del sur de Francia. La noticia fue confirmada por Bruno Jacquelin, miembro de la Fundación Brigitte Bardot para la protección de los animales, quien informó a The Associated Press.
La actriz había sido hospitalizada el mes pasado por lo que el diario francés Var-Matin describió como «una enfermedad grave», informando que su estado era «preocupante» tras haber sido operada.
Durante su carrera cinematográfica, Bardot se convirtió en un fenómeno cultural y símbolo sexual de las décadas de 1950 y 1960, gracias a su presencia magnética en pantalla y un atractivo que marcó una época en la industria del cine. Su nombre quedó asociado para siempre con la liberación sexual y la revolución cultural de la posguerra europea.
El salto definitivo a la fama internacional llegó en 1956 con «Y Dios creó a la mujer», película dirigida por su entonces esposo Roger Vadim. La obra generó enorme repercusión por su alto contenido erótico, considerado inadmisible para los estándares de la época, y consolidó a Bardot como un ícono de sensualidad y rebeldía.
Entre sus trabajos más destacados figuran «La verdad» (1960), «Una vida privada» (1962) y «El desprecio» (1963), filme dirigido por Jean-Luc Godard que la consagró también como musa del cine de autor europeo. Su impacto trascendió las fronteras de Francia y la convirtió en una de las actrices más fotografiadas y admiradas del mundo.
Sin embargo, Bardot decidió retirarse del cine a una edad relativamente temprana para dedicar su vida a una causa que se convirtió en su verdadera pasión: la defensa de los derechos de los animales. Fundó una organización enfocada en esta misión y se destacó por su compromiso inquebrantable con la protección y el bienestar de diversas especies, transformando su imagen pública de sex symbol a activista comprometida.
En los últimos años, Bardot mantuvo su vida privada alejada de los medios, eligiendo la tranquilidad del sur de Francia para sus días finales. Su legado perdura tanto en la historia del cine como en el movimiento de protección animal que ayudó a visibilizar a nivel mundial.
