Funcionarios de los Estados Unidos inicieron reuniones cara a cara con integrantes del gobiero venezolano de Nicolás Maduro. Rusia es la excuasa que ahora tiene el país de Joe Biden, para tratar de controlar la escalada del precio del crudo. 

Cómo segunda estrategia EE.UU busca aislar a Rusia de uno de los aliados más importantes en América del Sur. Para Venezuela esto podría ser un alivio para su debastada economía, ya que desde la administración Trump, EE.UU viene ahogando al país bolivariano.  

Hasta el momento Rusia, China e Irán, son los principales socios que ayudaron a mantener a flote al gobierno de Maduro. En 2019 Venezuela producía 300.000 barriles de petroleo al día, en 2021 esa producción aumentó a 760.000 barriles diarios.

Venezuela puede llegar a convertirse en el principal proveedor de crudo para los Estados Unidos, ya que este dejó de comprar crudo a Rusia y sólo Caracas puede ser el reemplazo. En tanto desde Caracas ya comienzan a presionar para que Biden levante las restricciones comerciales. 

De llegar a un acuerdo Venezuela pondría en el mercado 23 millones de barriles de petroleo que en la actualidad se encuentran almacenados, impedidos de comercializar con el resto del mundo. Ahora Nicolás Maduro deberá decidir de que lado se va a parar.