Productores del Alto Valle enfrentan una crisis por la importación de peras y tomates de China

La llegada de fruta importada desde el gigante asiático genera preocupación en Río Negro y Neuquén, donde la actividad frutícola ya venía en declive. El titular de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados se mostró partidario del libre comercio, mientras que los productores locales atraviesan una situación crítica.

El País 14/05/2025Santiago CarrizoSantiago Carrizo
2025 - Peras dese China
Argentina importará 17,5 toneladas de peras frescas desde China. Preocupación en los productores locales.

La importación de peras desde China ha generado controversia y preocupación en el sector frutícola argentino, especialmente en la región del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, principal zona productora de peras y manzanas del país. Este nuevo escenario se suma a la delicada situación que ya atravesaban los productores locales, quienes ven amenazada su subsistencia ante la competencia internacional y los bajos precios que reciben por su producción.

La actividad frutícola en el Alto Valle "viene en declive" mientras que "el petróleo está arrasando" la economía regional, provocando que sean "cada vez menos los productores" dedicados a esta tradicional actividad. La situación es particularmente grave en un contexto donde los grandes monopolios como "Moño Azul y otras empresas gigantes son las que le dan dos mangos por kilo a los productores y ellos hacen el gran negocio", explicó un comunicador local.

La importación no se limita solo a peras chinas, sino que también incluye tomates del país asiático, replicando situaciones ya vividas durante los años 90 y durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando se importaron peras desde Chile. Este fenómeno forma parte de un incremento generalizado en las importaciones de bienes de consumo, que "casi se han duplicado" según señalan analistas del sector, comprometiendo la producción nacional de diversos rubros.

2025 - Tomates

Nicolás Sánchez, titular de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados, expresó su preocupación por los productores de Río Negro y Neuquén, aunque posteriormente afirmó ser "partidario del libre comercio". El dirigente sostuvo que "si nosotros podemos pretender que todos reciban nuestros productos, nosotros también tenemos que abrirnos, no ser un mercado cerrado", una postura que genera rechazo entre los pequeños y medianos productores que ven amenazada su subsistencia.

La paradoja política de la situación no ha pasado desapercibida para los observadores locales, quienes señalan que "la gran mayoría de los productores de manzanas y de peras votaron a Milei" en las últimas elecciones presidenciales. En Río Negro, el actual presidente obtuvo casi el 55% de los votos, mientras que en Mendoza, otra provincia frutícola importante, el triunfo fue aún más contundente. Esta situación genera un contrasentido para muchos analistas, considerando que las políticas de apertura comercial indiscriminada suelen afectar negativamente a los productores nacionales.

La crisis del sector no solo impacta en la economía de los productores, sino que también representa una amenaza para la mano de obra regional y para una industria históricamente importante como la fruticultura argentina. Competir contra un gigante como China representa un desafío mayúsculo para los productores locales, especialmente considerando las asimetrías en términos de costos de producción, subsidios estatales y escala. Mientras tanto, los pequeños y medianos chacareros del Alto Valle observan con preocupación cómo su producción podría quedar sin mercado, profundizando una crisis que lleva años afectando a uno de los sectores productivos más emblemáticos de la Patagonia argentina.

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