Crisis económica golpea el consumo de lácteos: la mesa familiar cada vez más austera

El consumo de productos lácteos acumula una caída del 10,8% en el año. Los argentinos abandonan quesos duros y postres por opciones más económicas, evidenciando el impacto de las políticas económicas de Milei.

El País 29/11/2024RedacciónRedacción
Leche
Es preocupante la caída en el consumo de lácteos.

Las políticas de shock implementadas por el gobierno de Javier Milei están transformando drásticamente los hábitos de consumo de los argentinos. El último informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) revela una realidad preocupante: una brutal caída del 10,8% en el comsumo de lácteos , en lo que va del año.

La mesa familiar argentina está sufriendo un proceso de "primarización", donde los consumidores se ven forzados a abandonar productos premium y de mayor valor agregado. Los quesos duros y postres lácteos continúan en caída libre, mientras que los productos básicos como la leche fluida y quesos blandos apenas logran mantenerse a flote, convertidos en el último bastión de una dieta cada vez más austera.

El desplome interanual del 9,4% en el consumo lácteo total refleja el deterioro del poder adquisitivo bajo la gestión actual. Como señala Alejandro Sammartino, consultor y director de Infortambo, "el consumo cayó violentamente como consecuencia de la caída de la capacidad de compra en los ingresos de la población", una situación que se agravó por la fuerte demanda exportadora que caracterizó el inicio del año.

La industria láctea, tradicionalmente un termómetro de la salud económica familiar, está enviando señales de alarma. Mientras el gobierno celebra una supuesta desaceleración inflacionaria, las familias argentinas continúan ajustando sus presupuestos, eliminando de sus compras aquellos productos que antes eran parte de la canasta básica familiar.

La leve mejora en algunos indicadores mensuales contrasta con un panorama anual desolador, donde la presión impositiva y los costos siguen erosionando cualquier intento de recuperación real. El retraso en el tipo de cambio podría redireccionar más producción al mercado interno, pero esto no garantiza una mejora en el consumo mientras los salarios sigan perdiendo la carrera contra la inflación.

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