A 20 años de la desaparición de Marita Verón
Susana Trimarco vio a su hija por última vez el 3 de abril de 2002. Se disfrazó de proxeneta y recorrió prostíbulos con el objetivo de rescatar a su hija.

Susana quiso hacer justicia a través de sus propios términos: se disfrazó de proxeneta y recorrió inumerables prostibulos para encontrar a su hija. Ha podido juntar evidencia y así logró la sentencia de 10 personas metidas en la trata.
El día que Marita desapareció, se dirigía a Tucumán para realizarse un estudio médico. Tiene una hija llamada Micaela, de ahora 23 años.
Susana además de criar a su nieta, creó una fundación para ayudar a mujeres que son o fueron víctimas de la trata, al igual que su hija.
“Me vestí y maquillé y me hice pasar como proxeneta. No era una mujer pública como lo soy ahora y pude meterme en ese mundo”, precisó. Solo lo sabía su marido, que debía avisarle a la policía si “no salía después de cierto tiempo”.