Crisis: Cerró la única fábrica de asientos de bicicleta del país

Una pyme familiar que daba trabajo a doce personas, ubicada en Carrizales un pueblo de Santa Fe. Únicos en la Argentina no pudieron competir con la importación, que cuenta con extraordinarios beneficios. Una historia que comienza a repetirse.

El País 02/07/2024RedacciónRedacción
El-Miguelito
Producían entre 7 mil y 8 mil asientos de bicicletas

La fábrica El Miguelito, ubicada en la localidad santafesina de Carrizales (también llamada Clarke) cerró sus puertas el pasado miércoles. Era la única empresa del país que producía asientos de bicicleta y abastecía, por ejemplo, al sistema de transporte público de Rosario.

“A la fábrica la arrancó mi papá, Hugo, en el año 1968. En aquel tiempo los asientos de bicicleta eran de acero y arriba se les ponía un recubrimiento de caucho tapizado con tela. El proyecto arrancó en una piecita de casa. Cosía mi abuela, mi abuelo, mi vieja, que en ese entonces era la novia de mi papá. Y yo hoy la tengo que cerrar. Es terrible pensarlo en esos términos”, contó Rogelio Bella con la voz quebrada. Días atrás, le informó a los doce trabajadores que la pyme, corazón productivo de Carrizales, iba a parar sus motores.

“No es más una fábrica, desde el miércoles es un galpón que quedó lleno de recuerdos, herramientas y máquinas, pero no se fabrica más nada. Nosotros hace más de cincuenta años que producíamos asientos de bicicleta, éramos la única empresa argentina que los hacía y teníamos presencia en todo el país, desde Jujuy a Santa Cruz”, señaló Rogelio, dueño de Bicipartes El Miguelito.

Durante el gobierno de Mauricio Macri su empresa se endeudó con la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) para sostener los puestos laborales. En 2020 y 2021 las bicicletas tuvieron un auge y, si bien las ventas repuntaron, la pandemia se hizo sentir y por primera vez en su historia El Miguelito recibió, durante dos meses, asistencia estatal para pagar sueldos.

Pero la debacle definitiva llegó en diciembre, cuando cambió el gobierno. La devaluación que llevó el dólar de $350 a más de $800 hizo que esta pyme no pueda competir con los fabricantes extranjeros que importan a Argentina.

“Los importadores trabajaban con el dólar blue, que quedó quieto e incluso bajó. Nosotros quedamos un 50% o 60% arriba en el costo de los productos y no vendimos nada. En diciembre tuvimos que reventar mercadería a mitad del costo para pagar el sueldo y el aguinaldo de los empleados. En enero prácticamente no trabajamos y en febrero hicimos un acuerdo con los muchachos de venir cuatro horas por día”, detalló Rogelio.

Te puede interesar

Lo más visto