Schiaretti volvió a la escena política con duras críticas al modelo económico de Milei

El exgobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, reapareció en el escenario político nacional con severos cuestionamientos al modelo económico del Gobierno de Javier Milei. Durante una exposición en la Universidad Nacional de Morón, en la provincia de Buenos Aires, el dirigente cordobés apuntó directamente contra la política económica que impulsa Luis Caputo y criticó el método de ajuste implementado por la actual administración nacional.

Schiaretti fue particularmente crítico con la obsesión del Gobierno por la no emisión monetaria, señalando que los responsables económicos "se enamoran de los instrumentos" sin abordar los problemas de fondo. "Hoy la única prioridad del Gobierno es no emitir, como si eso fuera a resolver todos los problemas", expresó el exmandatario provincial. Además, alertó sobre la situación cambiaria: "El dólar está artificialmente reprimido y no hay reservas. El tipo de cambio está atrasado", advirtió con preocupación.

El dirigente cordobés también apuntó contra la metodología del ajuste fiscal, que calificó como aplicado "a los hachazos" y con vulneración de derechos básicos de los ciudadanos. En este sentido, Schiaretti consideró que el modelo actual carece de sostenibilidad debido a su impacto social negativo y la desatención de áreas fundamentales para el desarrollo del país.

"No es sostenible un modelo que reduce las jubilaciones, que desfinancia las universidades, que se desentiende de la salud, de las personas con discapacidad, de la ciencia y la tecnología. El Estado no puede abandonar esas responsabilidades", advirtió el exgobernador, marcando las áreas que considera prioritarias y que, según su visión, están siendo desatendidas por la gestión nacional actual.

Schiaretti concluyó su intervención con una advertencia sobre las consecuencias sociales del modelo económico vigente. "La mayoría de los argentinos está haciendo un esfuerzo enorme con la esperanza de que esto mejore. Pero si no hay resultados, si no hay progreso real, esa esperanza se convierte en frustración. Y eso puede hacernos retroceder como sociedad", alertó el dirigente, sugiriendo que la paciencia social tiene límites y que la falta de resultados concretos podría generar tensiones que afecten la estabilidad del país.